

Nuestro cuerpo tiene un complejo sistema que tiene como objetivo defender un determinado nivel de energía en forma de grasa.
Cuando rompemos ese nivel homeostático, nuestro organismo va a enviarnos mensajes de diferentes tipos para que recuperemos el «nivel aceptable» que entiende.
Antiguamente este sistema tenía un funcionamiento optimo, pero hoy en día, con los hábitos de comida, el estrés y la falta de ejercicio ha elevado su «criterio» de nivel de grasa saludable por lo que subimos de peso y se hace muy difícil conseguir y mantener los buenos resultado.
Mantener un peso saludable, no solo afecta a una visión más positiva de uno mismo sino que es fundamental en el tratamiento de diversas enfermedades como la obesidad o factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como la diabetes, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia (aumento de colesterol en sangre).
Como añadido, un planteamiento dietético optimo nos ayuda a combatir el estrés y a mejorar los dolores articulares en la medida en que consigamos reducir el sobrepeso que las articulaciones se veían obligadas a soportar.

Un buen planteamiento dietético se consigue al descubrir el estado fisiológico y psicológico del paciente
Se tiene en cuenta además que el ritmo de vida actual supone en muchas ocasiones un impedimento importante a la hora de cuidar de nuestra alimentación. De ahí la importancia de adaptar también la dieta a las características y el ritmo de vida de cada uno, sin olvidar el importante concepto de la RITMONUTRICIÓN.
Fase de mantenimiento
Y una vez alcanzado el objetivo, se elabora un plan de mantenimiento también adaptado a tus necesidades que te permitirá mantener el peso ideal a lo largo de toda la vida. Porque tan importante como la fase de adelgazamiento es la fase de mantenimiento.
El Equilibrio es la clave y cómo te alimentas te ayudará a conseguirlo